García-Guevara Víctor, MD
El melasma se presenta en todos los tipos de piel y en personas de todos los grupos raciales y étnicos, pero es más común en aquellos con tez más oscura que viven en áreas de intensa radiación ultravioleta, como los latinoamericanos, asiáticos y negros. Dado que la exposición prolongada al sol es un factor importante en la causa del melasma, la prevención es esencial, y en ello la comprensión de una protección extrema debe ser reconocida no solo por el factor de protección solar, sino también por la posibilidad de control de la actividad de radiaciones UVA, infrarrojas y la luz visible. Las poblaciones latinoamericanas comprenden una mezcla heterogénea de poblaciones caucásicas, asiáticas, africanas e indígenas, con una diversa gama de fototipos y colores de piel. Los datos sugieren que, aunque las incidencias de enfermedades de la piel no difieren significativamente en los individuos étnicos en comparación con la población en general, los trastornos pigmentarios como el melasma y la hiperpigmentación posinflamatoria ocurren con mayor frecuencia. Los estudios existentes sobre el tratamiento del melasma con terapias y procedimientos conocidos se pueden clasificar de acuerdo con la calidad y el nivel de evidencia clínica que proporcionan. La terapia con mayor nivel de evidencia clínica reportada ha sido la combinación triple de hidroquinona al 4%, tretinoína al 0,05% y acetónido de fluocinolona al 0,01%, sin embargo, esta se maneja más frecuentemente para casos severos. En la actualidad, tenemos en el mercado una variabilidad de activos que demuestran eficacia y seguridad en el tratamiento del melasma leve y moderado, que pueden ser combinados con peelings o microdermoabrasión, siempre con precaución con el fin de prevenir la PIH. Si bien no hay estudios específicos de procedimientos en la población latinoamericana, varias opciones de tratamiento han demostrado ser exitosas en estudios con pacientes hispanos, asiáticos y de piel oscura. En todos los casos, se debe educar a los pacientes sobre la necesidad de evitar la exposición al sol siempre que sea posible o de protegerse contra la exposición al sol cuando sea inevitable. Los médicos también pueden beneficiarse del conocimiento de los últimos avances en la terapia para el melasma y de una comprensión clara de todos los aspectos que afectan el éxito del tratamiento. Los algoritmos de tratamiento también proporcionan orientación sobre cómo los médicos pueden juzgar el éxito de la terapia y cuándo y cómo deben modificarla de ser necesario.
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