Los tratamientos estéticos no son el antojo de una sociedad caprichosa. En verdad la búsqueda de la belleza ha existido en todas las épocas y culturas como una necesidad del ser humano por sentirse mejor consigo mismo.
Sin embargo, en la sociedad actual, esta búsqueda de la belleza ya no es solo una aspiración personal, sino que se convierte en ocasiones en una necesidad social, ya que vivimos inmersos en una sociedad tremendamente competitiva, donde dicha competencia se ha llevado al terreno de la imagen.
Es frecuente encontrar en los anuncios de trabajo de los diarios frases como “se requiere joven de buena presencia”. Es decir, el hecho de ser joven presupone una mayor expectativa de rendimiento en el tiempo, y el hecho de tener un aspecto físico agradable presupone para el empleado una mayor posibilidad de captación de clientes.
Llegamos entonces al punto en que, tener un aspecto agradable pasa de ser una necesidad espiritual a ser una necesidad material.
En la actualidad, los avances médicos y tecnológicos nos permiten dentro del marco de la seguridad optar por tratamientos que modifiquen inesteticismos estructurales o bien acaecidos por el envejecimiento y que al individuo le hace sentirse disconforme.
La medicina, ha desarrollado y sigue desarrollando en su extensión estética, una serie de técnicas médicas y quirúrgicas con el fin de mejorar la apariencia del individuo y corregir las secuelas del paso del tiempo, logrando que las personas se vean mas jóvenes y en mejores condiciones, lo que ayuda en su diario vivir, proporcionando a cada persona, según sus condiciones y su estado, un bienestar y una mejor calidad de vida que le permitan sentirse mejor consigo mismo y desempeñarse en mejores condiciones en su interrelación con los demás y con el medio que los rodea.
En la definición de salud de la OMS que reza: “salud es el completo estado de bienestar físico, psíquico y social”, está englobada la razón de ser de la medicina estética en todas sus variables.
Conseguir el equilibrio imagen-percepción corporal del individuo es la razón de ser de esta especialidad
No obstante, no todo tratamiento esta indicado ni obtendría los mismos resultados en todos los pacientes, por lo que previo a someterse a cualquier tratamiento estético, el paciente debe ser profesionalmente valorado en forma personal. No vale para cualquiera lo que se hizo su amigo, ni obtendrá el mismo resultado.
No por tener como objetivo la estética, los tratamientos dejan de ser médicos y como en todos ellos, hay una acción (técnica, medicamento, etc) y una reacción (resultado) que es variable en función de cada individuo. Por lo tanto una adecuada valoración profesional por personal especialmente entrenado para ello y con experiencia, es imprescindible para la obtención de buenos resultados.
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